La Naturaleza del Sonido

Los sonidos que emitimos y los que nos rodean ejercen una profunda influencia en nuestro estado físico, mental, emocional y espiritual. A través de él podemos expresar alegría o tristeza, satisfacción o enojo.

Si yo digo...Juan...Juan va a venir

Si yo digo ....Pedro...no viene Juan...viene Pedro

Ese es el poder del sonido: establece la relación con quién nos queremos conectar, relacionar. Lo que nosotros invoquemos, lo que nosotros llamemos, ¡eso va a venir!. Y nosotros vamos a llamar de acuerdo a nuestro deseo interno, a nuestra conciencia. De esta manera, todo lo que se crea a nuestro alrededor, es el producto de nuestra conciencia. Si nuestra conciencia es elevada, nuestro entorno va a ser trascendental. Si solo emitimos sonidos materiales, estamos creando un entorno material.

¿Qué es más valioso...ver o escuchar?

Si yo veo a una persona muy querida  y esa persona me abraza, pero no me dice nada, me acaricia pero no me dice nada, eso es insuficiente.

Ver no significa nada si no existe una expresión que enuncie nuestro sentimiento, nuestro pensamiento.

El sonido es la verdadera expresión de la conciencia. El sonido es la cumbre de la conciencia. El sonido nos va revelando distintos mundos: la física, la química, la historia, lo más importante: nos revela el mundo del amor.

El sonido es parte integrante de la vida. Durante los primeros días de vida prenatal, el feto siente los latidos del corazón de la madre y algunos sonidos indefinidos provenientes del exterior.

Vivimos en un mundo de sonidos: sonidos oídos y sonidos no oídos, sonidos musicales y sonidos caóticos, sonidos desconocidos y sonidos familiares, sonidos estresantes y sonidos agradables, sonidos que dañan y sonidos que curan.

El sonidos es movimiento: es decir que el sonido es movimiento vibratorio producido por los objetos que se mueven de adelante hacia atrás, es decir oscilando, como un péndulo. En palabras simples, el sonido es el movimiento de átomos y moléculas.